Cirugía de la Submaxilar

Las glándulas Submaxilares se localizan por debajo y por dentro del borde inferior de la rama horizontal de la mandíbula, una a cada lado del cuello.

Estas dos glándulas producen una parte considerable de la saliva, cuya consistencia es más fluida que la producida, por ejemplo, en la parótida. La saliva llega a la boca a través de un conducto que drena debajo de la lengua, justo detrás de los incisivos y a los lados del frenillo, llamado conducto de Wharton.

Las glándulas submaxilares son muy activas y, si las condiciones en la boca o la glándula no son óptimas, pueden aparecer problemas como infecciones y formación de cálculos.

También pueden aparecer tumores de estirpe salival, que en esta localización tienen la particularidad de que en torno al 50% son benignos y el otro 50% pueden ser malignos.


DIAGNOSTICO


El diagnóstico de los tumores se realiza mediante PAAF (punción-aspiración con aguja fina), una técnica muy sencilla que el anatomo-patólogo realiza de forma ambulatoria. En ocasiones, puede ayudarse de una ecografia para localizar el tumor con mayor exactitud.


TRATAMIENTO

El tratamiento de todos los tipos de tumores de la glándula submaxilar es la cirugía. En los casos de tumores benignos y los cánceres de bajo grado de malignidad, es suficiente con la simple extirpación de la glándula (submaxilectomía).   En el resto, dependiendo del tipo histológico, puede ser necesario extirpar también los ganglios linfáticos del cuello (vaciamiento ganglionar cervical).

La submaxilectomía se realiza a través de una pequeña incisión, de unos 3-4 cm en la parte superior del cuello, como a dos dedos por debajo del borde inferior de la mandibula. La glándula debe separarse cuidadosamente de los tejidos adyacentes y de los tres nervios importantes que están rodeándola: la rama marginal del nervio facial, el nervio hipogloso, y el nervio lingual.

La recuperación tras una submaxilectomía es rápida, y el paciente puede irse de alta en menos de 24 horas y volver al trabajo en una semana.