La corrección de una fractura cuyos fragmentos óses han consolidado en mala posición es, seguramente, la parte más difícil de la traumatología facial.
Cuando se opera un hueso roto en los primeros días tras el traumatismo, se puede tener una referencia clara de los extremos del foco de fractura, y el tratamiento consiste en «recomponer el puzzle», llevando cada fragmento a su posición original.
Cuando la fractura ha soldado, los bordes se remodelan y se pierden completamente las referencias. Esto hace que, en muchas ocasiones, tengamos que recurrir a sofisticadas técnicas de reconstrucción por ordenador para conocer la posición teóricamente correcta basándonos en un lado sano, si lo hay.
Paciente intervenida en varias ocasiones tras traumatismo facial con fractura orbitaria y del hueso frontal. Presenta evidente asimetría con distopia (ojos a diferente altura) y hundimiento importante en la región frontal derecha (flecha)
El reborde supraorbitario izquierdo también está hundido y descendido hacia abajo, con lo que la ceja y el globo ocular están también desplazados en esa dirección.
En la vista de perfil también se aprecia claramente la diferente posición de los globos oculares y el hundimiento de la ceja izquierda.
TAC: desplazamiento hacia abajo del globo ocular por una lámina ósea que corresponde al techo de la órbita y el reborde supraorbitario.
TAC con reconstrucción 3D: la porción súpero-externa de la órbita y el techo orbitario están desplazados hacia abajo y hacia atrás, produciendo la distopia y el hundimiento de la ceja. Los fragmentos han consolidado, perdiéndose las referencias de su posición original.
Realizamos un modelo estereolitográfico en plástico a escala 1:1 a partir del TAC. Mediante ordenador reconstruimos el lado izquierdo (zona fucsia), a partir de una imagen en espejo del lado contrario sano.
Esterilizamos el modelo y, ya en quirófano, moldeamos una malla de ostesíntesis de material reabsorbible que nos servirá de guía para colocar los fragmentos correctamente en su sitio.
Abordamos la orbita izquierda a través de una incisión coronal. Refracturamos los focos de fractura previos para poder recoloralos posteriormente. Las flechas pequeñas indican la posición del suelo orbitario y los círculos dónde debería estar. Hemos retirado toda la porción del reborde supraorbitario y pared lateral de la órbita que estaba desplazado.
Imagen de la malla colocada en posición, que nos ha guiado la re-colocación del marco supraorbitario y del techo de la órbita. Quedan numerosos espacios hundidos tanto a lo largo del marco orbitario como en la región fronto-parietal derecha (flecha ancha) e izquierda.
Todos estos huecos se rellenan con cemento de hidroxiapatita, para restituir al cráneo el volumen y la superfice anterior al traumatismo.
Imágenes Pre y Post-Operatorias. Se ha corregido completamente la posición y el volumen del reborde orbitario, y las cejas aparecen simétricas. La posición del ojo izquierdo es casi prácticamente normal.
En la simulación creada a partir de una imagen en espejo del lado derecho (sano) para reconstruir el contralateral se aprecia un aspecto prácticamente similar al conseguido con la cirugía (imagen anterior).
En la vista de gusano, se aprecia la ceja operada simétrica respecto al lado sano, bastante más adelantada que en el preoperatorio; el contorno de la porción izquierda de la frente también se ha normalizado.