Los mucoceles son una patología benigna que consisten en quistes que se forman en las glándulas salivales menores que tapizan la mucosa oral.
La gran mayoría de los casos se localizan en el labio inferior, (hasta un 90 % de casos), aunque también pueden aparecer en el suelo de la boca y la mucosa vestibular. Los casos en lengua, paladar y labio superior son bastante más raros.
Pueden localizarse en forma profunda o superficial en los tejidos.
El mucocele se desarrolla en pocos días, alcanza un cierto tamaño y puede persistir como tal por meses. Si se rompe o se punciona, se libera un contenido de consistencia filante y mucinoso.
Hay dos tipos de mucoceles:
Es la forma mas frecuente y aparece, sobre todo, en pacientes entre los 10 y 30 años, producido por traumatismos como mordeduras, microtraumas por aparatos ortodóncicos o como complicación de alguna intervención quirúrgica.
Se produciría una ruptura del conducto excretor de la glándula, con extravasación del moco y salida hacia el interior del tejido circundante.
representa la forma menos frecuente de este tipo de lesiones, suele afectar a pacientes con mas de 40 años de edad, y puede aparecer en cualquier zona donde existe tejido glandular salival (incluso en las glándulas mayores).
Algunos casos se resuelven de forma espontánea sin intervención después de un corto tiempo. Otros tienden a permanecer crónicamente y son los que requieren extirpación quirúrgica.
La extirpación es una pequeña intervención que realizamos bajo anestesia local y de forma ambulatoria en nuestra consulta. No precisa ingreso, y la recuperación es muy rápida, ya que las incisiones son de pequeño tamaño.
La ránula es una forma de mucocele que ocurre específicamente en el suelo de la boca, en relación con los conductos de la glándulas sublingual.
La ránula puede desarrollarse debido a un bloqueo ductal o la presencia de un ruptura ductal.
Esta lesión es menos frecuente que los mucoceles, y aparece como un aumento de volúmen indoloro en un lateral del suelo de boca. (a diferencia de los quistes dermoides, que aparecen en línea media).
Histológicamente no difiere del mucocele y normalmente el término ránula es solamente clínico debido al aspecto de la lesión. Cuando la ránula profundiza y sobrepasa el músculo milohioídeo, se habla de ránula cervical y puede producir una tumoración en la región submentoniana.
El tratamiento de las ránulas es quirúrgico.
Hay tres opciones:
Esta opción es muy poco recomendable, porque la incisión se cierra rápidamente y, al acumularse la secreción de nuevo, la ránula vuelve a formarse.
Consiste en extirpar el techo de la ránula y suturar los bordes a la mucosa adyacente. Es muy simple pero tiene también un porcentaje importante de recidivas descritas (entre 41 y 89%).
Es la mejor opción. Requiere experiencia porque el nervio lingual y el conducto de Wharton (excretor de la glándula submaxilar) suelen estar muy cerca y hay que preservarlos.
En la mayoría de los casos, si la ránula no tiene extensión cervical, podemos extirparla bajo anestesia local y de forma ambulatoria en nuestra Consulta. En los casos con extensión al cuello es preferible realizarlo bajo anestesia general.