Fracturas del Suelo de Orbita




El suelo de la órbita está formado por los huesos maxilar, palatino y malar. Es una estructura ósea delgada y con forma de “S”, que constituye el soporte para el globo ocular y los músculos responsables de la movilidad del mismo.

La típica fractura del suelo ordinario (fractura «Blow-out» o por estallido) es consecuencia de un rápido aumento de la presión hidraúlica intraorbitaria, generalmente producida por el impacto de un objeto romo contra el ojo o contra los párpados; esto empuja el globo ocular hacia adentro, produciendo una presión que se transmite hacia abajo y medialmente fracturando una de las zonas más débiles de la órbita: el suelo.



CLINICA

Además de los signos comunes a todo traumatismo como edema o hematoma de los párpados, el problema más frecuente de estas fracturas es la presencia de visión doble (diplopia). Puede ser debida a causas mecánicas (atrapamientos musculares o herniación de la grasa orbitaria) o a consecuencia del edema y/o hematomas. La visión doble suele ser transitoria, pudiendo persistir en fracturas más graves. Suele deberse a atrapamiento del músculo recto inferior y oblicuo menor, lo que impide la rotación en sentido superior del globo ocular, originando diplopia en la mirada vertical.


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Paciente que sufre traumatismo en región orbitaria derecha por un objeto romo. Presenta hipoestesia en el territorio del nervio infraorbiatrio derecho y visión doble (diplopia).

A la exploración el ojo derecho aparece más bajo (distopia) y más hundido (enoftalmos) que en el lado sano.

La palpación del reborde orbitario es normal, sin escalones ni hundimiento óseo, y tampoco presenta limitación de la apertura oral ni alteraciones en la oclusión dentaria.


Dependiendo del tamaño de la fractura, es posible que se altere la posición del ojo del lado afectado, que puede quedar más hundido (enoftalmos) o a distinta altura, más bajo (distopia).

Como el nervio infraorbitario, responsable de la sensibilidad de la cara desde el párpado inferior hasta el labio superior de ese lado, discurre por el suelo orbitario, estas fracturas suelen asociar disminución o pérdida de sensibilidad (hipoestesia o anestesia) en esta zona.


DIAGNOSTICO

Debe realizarse una exhaustiva exploración oftalmológica que incluya agudeza visual, exploración del fondo de ojo, estudio de las superficies corneal y escleral, reacción pupilar, campimetría binocular y motilidad ocular.

El diagnóstico se confirma mediante un TAC.

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TAC (cortes sagitales): fractura del suelo de órbita derecho, con herniación hacia el seno maxilar de la grasa orbitaria y atrapamiento en el foco de fractura del músculo recto inferior.

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TAC (cortes axiales y coronales): se aprecia la herniación hacia el seno maxilar de la grasa orbitaria y el atrapamiento del músculo recto inferior.

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TAC con REC 3D: fractura del suelo orbitario derecho, aislada, con integridad del reborde orbitario.



CONSIDERACIONES DE TRATAMIENTO

Tras diagnosticar al paciente de una fractura del suelo orbitario se debe valorar la necesidad de tratamiento quirúrgico, el tipo de abordaje, la fijación y necesidad de injerto según las características de la misma.

En muchas fracturas aisladas del suelo orbitario no se requiere un tratamiento quirúrgico y el abordaje de las mismas deberá realizarse tan solo en una de estas situaciones:

  • Visión doble permanente durante 7 ó más días.
  • Evidencia radiológica de atrapamiento muscular.
  • Evidencia radiológica de desplazamiento o conminución del reborde infraorbitario.
  • Enoftalmos significativo con evidencia radiológica de herniación.

Son numerosos los materiales empleados en la reconstrucción de las fracturas orbitarias y su elección dependerá del tamaño del defecto y la localización de la fractura.